* El robo más grande del año
Regresé de vacaciones la semana pasada. Estuve fuera de este país casi por un mes. Estaba feliz cuando mi avión aterrizaba, salvo por una cosa. Desde la ventanilla del avión me di cuenta que algo faltaba en la ciudad, no lo podía creer. Recogí la maleta y cuando salí del aeropuerto lo corroboré: alguien se había robado la primavera.
Si no estoy mal, en la segunda semana de abril ya debería de haber un poco de primavera. Pero no. Parece invierno. El cielo está gris, los árboles están pelones y el fresco de las noches obliga a usar guantes y gorro en la cabeza. Sólo se ve un poco raro que hay luz hasta las ocho de la noche, cuando en la verdadera época de invierno la oscuridad reina desde las 4 de la tarde. Unos acentos surrealistas a esta vida alemana le dan un poco de diversión.
Mis vacaciones eran un poco para eso, llegar y ver una Berlín diferente. Me gustan esos cambios drásticos. Quería despedirme del invierno voluntariamente yendo a un país soleado y regresar a escuchar a los pajaritos cantar y ver a los conejitos recordarnos que hay y debe haber vida. No fue así, no ha sido así. Sólo escucho a mis amigos y compañeros alemanes disculparse por la falta de primavera. Como si ellos tuvieran la culpa "Esto no era así nunca, en Pascuas ya estaban antes los árboles verdes", dice uno que organizó un asado en su jardín, el primer asado del año. Fue mi propia decisión venir a vivir acá y yo sabía en lo que me metía. Y, debo decir, ¡me encanta! (ya me veo yo disculpándome ante extranjeros por las faldas de Martita de Fox, por los segundos pisos de López Obrador o por el "para servir a Dios y al pueblo" del Dr. Simi).
Pero, insisto, alguien se robó la primavera. No es posible que a dos meses del Mundial de futbol, un evento que estaba planeado para un verano, no ocurra en verano. Digo esto porque si todavía no hay primavera, no creo que haya un gran verano para junio y julio. Ya el año pasado la Copa Confederaciones de la FIFA, que fue organizada en las mismas fechas en que lo será el Mundial, tuvo días de frío y lluvia. Brasil se hubo quejado aquella vez porque estábamos a unos 15 grados y tenían que entrenar con ropa de invierno (pobres ellos, pero si supieran que eso ya es caluroso para los que vivimos aquí). Ahora no creo que cambie mucho.
Las estaciones del año están cambiando constantemente y en algún momento tendremos el verano cuando debería de ir el invierno, y viceversa. El año pasado los días de verano se extendieron hasta octubre, algo nunca antes visto.
La pregunta es, ¿si las estaciones cambian, las celebraciones correspondientes también? ¿se celebrará la Navidad a 30 grados de temperatura? ¿se celebrará el fuego de Pascuas, pretendido para ahuyentar los malos espíritus del invierno, con menos 10 grados de temperatura y nieve? ¿la gente irá a los carnavales con tan bajas temperaturas?
Dos conclusiones: Alemania es el país perfecto o de la perfección, salvo por el clima, o bien este mundo enloquecerá.
Yaotzin.
PS. En hora buena por laTlapalería Brunsviga y por El Planisferio
Si no estoy mal, en la segunda semana de abril ya debería de haber un poco de primavera. Pero no. Parece invierno. El cielo está gris, los árboles están pelones y el fresco de las noches obliga a usar guantes y gorro en la cabeza. Sólo se ve un poco raro que hay luz hasta las ocho de la noche, cuando en la verdadera época de invierno la oscuridad reina desde las 4 de la tarde. Unos acentos surrealistas a esta vida alemana le dan un poco de diversión.
Mis vacaciones eran un poco para eso, llegar y ver una Berlín diferente. Me gustan esos cambios drásticos. Quería despedirme del invierno voluntariamente yendo a un país soleado y regresar a escuchar a los pajaritos cantar y ver a los conejitos recordarnos que hay y debe haber vida. No fue así, no ha sido así. Sólo escucho a mis amigos y compañeros alemanes disculparse por la falta de primavera. Como si ellos tuvieran la culpa "Esto no era así nunca, en Pascuas ya estaban antes los árboles verdes", dice uno que organizó un asado en su jardín, el primer asado del año. Fue mi propia decisión venir a vivir acá y yo sabía en lo que me metía. Y, debo decir, ¡me encanta! (ya me veo yo disculpándome ante extranjeros por las faldas de Martita de Fox, por los segundos pisos de López Obrador o por el "para servir a Dios y al pueblo" del Dr. Simi).
Pero, insisto, alguien se robó la primavera. No es posible que a dos meses del Mundial de futbol, un evento que estaba planeado para un verano, no ocurra en verano. Digo esto porque si todavía no hay primavera, no creo que haya un gran verano para junio y julio. Ya el año pasado la Copa Confederaciones de la FIFA, que fue organizada en las mismas fechas en que lo será el Mundial, tuvo días de frío y lluvia. Brasil se hubo quejado aquella vez porque estábamos a unos 15 grados y tenían que entrenar con ropa de invierno (pobres ellos, pero si supieran que eso ya es caluroso para los que vivimos aquí). Ahora no creo que cambie mucho.
Las estaciones del año están cambiando constantemente y en algún momento tendremos el verano cuando debería de ir el invierno, y viceversa. El año pasado los días de verano se extendieron hasta octubre, algo nunca antes visto.
La pregunta es, ¿si las estaciones cambian, las celebraciones correspondientes también? ¿se celebrará la Navidad a 30 grados de temperatura? ¿se celebrará el fuego de Pascuas, pretendido para ahuyentar los malos espíritus del invierno, con menos 10 grados de temperatura y nieve? ¿la gente irá a los carnavales con tan bajas temperaturas?
Dos conclusiones: Alemania es el país perfecto o de la perfección, salvo por el clima, o bien este mundo enloquecerá.
Yaotzin.
PS. En hora buena por la
* El robo más grande del año
Reviewed by Yaotzin Botello
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4/16/2006 02:36:00 PM
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