El Muro Bauhaus
Este miércoles 27 de marzo el Muro de Berlín se quedó chimuelo. Bueno, ya es como el cuarto diente que pierde. Si sigue las leyes de la naturaleza a las que los seres humanos estamos atados, en unos años más perderá toda su dentadura de
concreto.
Se trata de la East Side Gallery, el tramo de Muro de Berlín más largo –1.3 kilómetros-- que se mantuvo en pie desde la caída de éste, en noviembre de 1989. Ahora es una galería al aire libre que con sus pinturas y grafitos habla sobre la paz de los pueblos y la libertad. Es un objeto de terror que se convirtió en símbolo de la libertad.
Y ahora lo están desapareciendo. Los mismos berlineses, hay que decirlo.
Hace 24 años, todo mundo estaba desesperado por derrumbar ese muro. “¡Tire este muro!”, le gritaba Ronald Reagan desde Berlín a Mijaíl Gorbachov en el clímax de la Guerra Fría. El Muro de Berlín representaba la parte física de la Cortina de
Hierro que dividía al mundo en blanco y rojo, en bueno y malo, en occidente y oriente.
Hoy en día muchos luchan por erigirlo. Eso sí, como monumento, como pieza de arte.
“Ahora nos llegan peticiones de que lo volvamos a levantar”, me había dicho en una entrevista el alcalde de Berlín, Klaus Wowereit, hace ya unos cinco años.
Pero a Wowereit y a muchos berlineses les da igual. El Muro de Berlín tenía que caerse y quedarse en el piso. Además ya hay por lo menos otros dos amplios
museos sobre el Muro de Berlín en lugares históricos. ¿Y la East Side Gallery? Qué más da. Son 1.3 kilómetros de East Side NoSéQué que poco importan y pasan al olvido.
El
artista iraní que preside la Asociación de Artistas de la EasT Side Gallery,
Kani Alavi, y encargado de cuidar este monumento –hágame el favor, un iraní y
no un berlinés, ya desde ahí hay algo mal--, me contó que si no es por los
artistas nadie se ocupa de este tramo. También me dijo que antes el descuido
era tal que no sólo llegaba gente con cincel y martillo a quitar trozos de Muro
y venderlos, sino que una vez llegaron tipos con grúas a llevarse partes del
Muro (cada una de 2.6 toneladas).
Después
llegó el inversionista de la sala multiusos O2 World y quitó 50 metros de East
Side Gallery. Nadie dijo nada entonces. Era 2006. Siete años después el
inversionista berlinés Maik Uwe Hinkel, no tiene reparo en quitar 22 metros de
Muro. “El permiso de construir ahí, quitando pedazos de Muro, me los dio el
Senado de Berlín”, ha dicho en entrevistas.
Él
le echa la culpa a las autoridades, pero las autoridades duermen a gusto porque
los manifestantes se van contra Hinkel como símbolo del capitalismo depredador
que está logrando (volver a) derrumbar el Muro. Y Hinkel, quien además vivió
del lado socialista de Berlín, tiene que aguantar hasta a un David Hasselhoff
que se trepa en un armatoste amarillo con altavoces y cantar “Looking for freedom”,
alborotando a toda la fauna izquierdista muy particular del barrio donde está
la East Side Gallery.
Michael
Knight y su Auto Increíble, o Fantástico, habrían hecho un mejor papel.
O
incluso Pamela Anderson.
Total.
El punto es que el ex socialista berlinés Hinkel se madrugó a todos este
miércoles al mandar quitar ya unos pedazos de Muro bajo un gran resguardo
policial. Ni el Twitter fue demasiado rápido para que los grupos de protesta se
organizaran.
Pronto
tendremos un edificio llamado “Living Bauhaus” sobre la otrora “Franja de la
Muerte” que se extendía entre el Muro de Berlín y el río Spree.
Ellos
tendrán pesadillas.
El Muro Bauhaus
Reviewed by Yaotzin Botello
on
3/28/2013 01:33:00 AM
Rating:
No comments
Post a Comment