¿Alemania sólo para los güeritos?
En lugar de hacer mi siesta del mediodía (estoy experimentando un método científico para comprobar que con 20 minutos de una 'pestañita' se sube la productividad) decidí ir a jugar básquet. Jugué y jugué y me cansé.
Me quedé sentado en la cancha pensando en lo que estarían haciendo los dos gatos que estoy cuidando cuando a la cancha de al lado empezaron a llegar varios chavos. Tenían entre 9 y 15 años de edad. Eran jugadores de soccer y estaban a punto de echarse su cascarita.
Se armaron tres equipos de cinco personas cada uno y lo hiceron rápido: los francófonos dijeron que ellos armaban un equipo, les siguieron los germanófonos y el terecer equipo se armó con lo que quedó, dos italianos, un ruso, un inglés y un español. "¿Pero hablamos en inglés, no, para entendernos bien?", dijo uno. Equipos bastantes multiculturales, parecía un minimundialito cascarero.
Los francófonos estaban compuestos por un par de franceses, un suizo y dos belgas. Y lo sé porque cuando estaban armando los equipos lo dijeron. Cada quien estaba pregonando su país y aunque no lo hubiera hecho, es muy fácil distinguir los idiomas que se hablan en Europa. En Berlín, París, Londres o cualquier gran capital europea se puede escuchar en las calles todo el tiempo alguno de estos idiomas. Incluso ya se puede reconocer el polaco y hasta el checo. de ahí a entenderlos es otra rollo.
El partido comenzó. Uno de los franceses podría ser el heredero de Ribéry, la nueva contratación del Bayern München. Puf, un drible, una pirueta, un disparo y gol. Se hablaban y se daban señales en francés. Les sirvió de algo a todos hablar el mismo idioma. De repente uno de ellos dice "dales el balón a los alemanes, les toca sacar". Me quedé viendo a los "alemanes" y me dije "pero si estos no son alemanes, sí hablan alemán pero no son alemanes". Fue mi primera reacción y creo, aseguro, que hubiera sido la reacción de cualquier berlinés aquí. Yo soy extranjero en Berlín y no debí de haber pensad lo que ahora digo, pero llevo tanto tiempo viviendo aquí entre alemanes que creo que puedo ver alguinas cosas como ellos y, para bien o para mal, mimetizarlas.
Esos "alemanes" eran para mí dos turcos (que se hablaban en turco entre sí), dos paquistaníes (que no puedo jurar que lo hayan sido, pero sí tenían un aire de esa zona, India, Paquistán, Afganistán incluso), un negro con unas piernas larguísimas que le hacían manejar el balón como Robinho y un alemán, uno güerito y con toda la cara de ser el próximo Schweinsteiger de Alemania. Es cierto, todos se hablaban en alemán pero yo veía una clara diferencia ahí. La minipotencia futbolera que se había armado ahí entre Suiza, Francia y Bélgica quizás tiene realidades tan diferentes que están acostumbrados a ver inmigrantes en sus países y nunca cuestionarse si éste es francés o aquél es suizo o aquel otro es belga. Simplemente los tienen y son parte de ellos.
En Alemania no es así. Aunque en Berlín se pueden ver a muchos extranjeros e incluso a muchos alemanes morenitos o con cabello negro, nadie diría que un grupo de diferentes razas que hable alemán es, de facto, alemán.
Estos inmigrantes son nuestra realidad aquí y muchos no lo podemos ver. Rechazamos de primera instancia a Turquía, les ponemos cercas a los africanos y creemos que todos los que vienen de medio oriente son terroristas. Una vez un líder ultraderechista me decía que Alemania no es tierra de inmigrantes como muchos otros. Que tradicionalmente el país se ha creado y asentado con puros alemanes. Bah. Patrañas. Se puede decir cualquier cosa para tratar de sustentar las ideas de una raza pura tan sólo por ser güeritos.
Alemania no es sólo para los güeritos. Sólo hay que recordar que, volviendo al futbol, el equipo de futbol durante el mundial brilló con estrellas que no eran alemanes: Odonkor, Podolski, Klose o Kurani.
Al final los "alemanes" de las canchas callejeras no ganaron pero dieron una batalla feroz. Ahora que crezcan habrá que luchar por meter gol al gobierno alemán que no ha creado una ley de inmigración buena.
Yaotzin.
Me quedé sentado en la cancha pensando en lo que estarían haciendo los dos gatos que estoy cuidando cuando a la cancha de al lado empezaron a llegar varios chavos. Tenían entre 9 y 15 años de edad. Eran jugadores de soccer y estaban a punto de echarse su cascarita.
Se armaron tres equipos de cinco personas cada uno y lo hiceron rápido: los francófonos dijeron que ellos armaban un equipo, les siguieron los germanófonos y el terecer equipo se armó con lo que quedó, dos italianos, un ruso, un inglés y un español. "¿Pero hablamos en inglés, no, para entendernos bien?", dijo uno. Equipos bastantes multiculturales, parecía un minimundialito cascarero.
Los francófonos estaban compuestos por un par de franceses, un suizo y dos belgas. Y lo sé porque cuando estaban armando los equipos lo dijeron. Cada quien estaba pregonando su país y aunque no lo hubiera hecho, es muy fácil distinguir los idiomas que se hablan en Europa. En Berlín, París, Londres o cualquier gran capital europea se puede escuchar en las calles todo el tiempo alguno de estos idiomas. Incluso ya se puede reconocer el polaco y hasta el checo. de ahí a entenderlos es otra rollo.
El partido comenzó. Uno de los franceses podría ser el heredero de Ribéry, la nueva contratación del Bayern München. Puf, un drible, una pirueta, un disparo y gol. Se hablaban y se daban señales en francés. Les sirvió de algo a todos hablar el mismo idioma. De repente uno de ellos dice "dales el balón a los alemanes, les toca sacar". Me quedé viendo a los "alemanes" y me dije "pero si estos no son alemanes, sí hablan alemán pero no son alemanes". Fue mi primera reacción y creo, aseguro, que hubiera sido la reacción de cualquier berlinés aquí. Yo soy extranjero en Berlín y no debí de haber pensad lo que ahora digo, pero llevo tanto tiempo viviendo aquí entre alemanes que creo que puedo ver alguinas cosas como ellos y, para bien o para mal, mimetizarlas.
Esos "alemanes" eran para mí dos turcos (que se hablaban en turco entre sí), dos paquistaníes (que no puedo jurar que lo hayan sido, pero sí tenían un aire de esa zona, India, Paquistán, Afganistán incluso), un negro con unas piernas larguísimas que le hacían manejar el balón como Robinho y un alemán, uno güerito y con toda la cara de ser el próximo Schweinsteiger de Alemania. Es cierto, todos se hablaban en alemán pero yo veía una clara diferencia ahí. La minipotencia futbolera que se había armado ahí entre Suiza, Francia y Bélgica quizás tiene realidades tan diferentes que están acostumbrados a ver inmigrantes en sus países y nunca cuestionarse si éste es francés o aquél es suizo o aquel otro es belga. Simplemente los tienen y son parte de ellos.
En Alemania no es así. Aunque en Berlín se pueden ver a muchos extranjeros e incluso a muchos alemanes morenitos o con cabello negro, nadie diría que un grupo de diferentes razas que hable alemán es, de facto, alemán.
Estos inmigrantes son nuestra realidad aquí y muchos no lo podemos ver. Rechazamos de primera instancia a Turquía, les ponemos cercas a los africanos y creemos que todos los que vienen de medio oriente son terroristas. Una vez un líder ultraderechista me decía que Alemania no es tierra de inmigrantes como muchos otros. Que tradicionalmente el país se ha creado y asentado con puros alemanes. Bah. Patrañas. Se puede decir cualquier cosa para tratar de sustentar las ideas de una raza pura tan sólo por ser güeritos.
Alemania no es sólo para los güeritos. Sólo hay que recordar que, volviendo al futbol, el equipo de futbol durante el mundial brilló con estrellas que no eran alemanes: Odonkor, Podolski, Klose o Kurani.
Al final los "alemanes" de las canchas callejeras no ganaron pero dieron una batalla feroz. Ahora que crezcan habrá que luchar por meter gol al gobierno alemán que no ha creado una ley de inmigración buena.
Yaotzin.
¿Alemania sólo para los güeritos?
Reviewed by Yaotzin Botello
on
8/02/2007 11:32:00 PM
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1 comment
hola, hola, te puse un enlace en aseyd, un abrazo!
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