* Música en las calles
Algo raro está pasando en Berlín. Y vaya que ya es raro que algo raro pase.
Cada día que me subo al metro o al tren suburbano hay un grupo de músicos que entran a los vagones a pedir dinero. Y sí, es raro porque eso no pasaba aquí y porque no es un tipo tocando cualquier instrumento y pidiendo dinero, sino son cuatro o cinco.
En casi cualquier línea aparecen estos individuos que por su fisonomía podrían ser turcos, pero que por alguna razón empiezan diciendo alguna frase en español como "que dios los bendiga" u "hola, hola amigos" con un acento de otro país. Los turcos no tienen ninguna relación con el español y en todo caso en una ciudad como Berlín un extranjero hablaría primero inglés.
Todo esto pasó de un día a otro como si un líder de los pobres, como sí pasa en México, les hubiera dicho "ándenle güevones, a trabajar que si no no se ganan su pan del día". Y ahí los tienes, cantando en los vagones de los trenes y molestando los castos oídos de los alemanes. Y es que no se trata de que ellos toquen música mala, porque con todo y su desorganización un poco de violín o de buena música del este de Europa (así como Traband o la música de Underground) pueden sonar bien, pero es que los viejos alemanes no están acostumbrados a dos cosas: ni a dar dinero en la calle a sus pobres, ni a tener un ruidero en los vagones que no les permite leer.
Pero eso sí, hay que decir que esos pequeños grupos pronto se van a ir a la quiebra. No es tanto porque los alemanes no los aprueben y se quejen de ellos, porque seguramente ya hay miles de quejas en las oficinas de la empresa que administra el Metro y el Tren Suburbano, sino que estos extranjeros pasan a pedir limosna en grupos de cuatro o cinco personas.
¿Cuándo se ha visto en un país de América Latina que más de dos personas pidan limosna en conjunto? sólo cuando hacen un acto circense en la calle y uno de ellos se adelanta con la lata de monedas, pero de ahí en fuera no se necesitan tantas personas para pedir un euro o unos centavos en un vagón.
Yo les recomendaría a esos pordioseros mexicanos que tienen un acordeón colgando con una armónica atornillada a la altura de la boca, un vaso monedero de un lado y un pandero del otro.
Para pedir, las clases están en mis tierras.
Yaotzin.
Cada día que me subo al metro o al tren suburbano hay un grupo de músicos que entran a los vagones a pedir dinero. Y sí, es raro porque eso no pasaba aquí y porque no es un tipo tocando cualquier instrumento y pidiendo dinero, sino son cuatro o cinco.
En casi cualquier línea aparecen estos individuos que por su fisonomía podrían ser turcos, pero que por alguna razón empiezan diciendo alguna frase en español como "que dios los bendiga" u "hola, hola amigos" con un acento de otro país. Los turcos no tienen ninguna relación con el español y en todo caso en una ciudad como Berlín un extranjero hablaría primero inglés.
Todo esto pasó de un día a otro como si un líder de los pobres, como sí pasa en México, les hubiera dicho "ándenle güevones, a trabajar que si no no se ganan su pan del día". Y ahí los tienes, cantando en los vagones de los trenes y molestando los castos oídos de los alemanes. Y es que no se trata de que ellos toquen música mala, porque con todo y su desorganización un poco de violín o de buena música del este de Europa (así como Traband o la música de Underground) pueden sonar bien, pero es que los viejos alemanes no están acostumbrados a dos cosas: ni a dar dinero en la calle a sus pobres, ni a tener un ruidero en los vagones que no les permite leer.
Pero eso sí, hay que decir que esos pequeños grupos pronto se van a ir a la quiebra. No es tanto porque los alemanes no los aprueben y se quejen de ellos, porque seguramente ya hay miles de quejas en las oficinas de la empresa que administra el Metro y el Tren Suburbano, sino que estos extranjeros pasan a pedir limosna en grupos de cuatro o cinco personas.
¿Cuándo se ha visto en un país de América Latina que más de dos personas pidan limosna en conjunto? sólo cuando hacen un acto circense en la calle y uno de ellos se adelanta con la lata de monedas, pero de ahí en fuera no se necesitan tantas personas para pedir un euro o unos centavos en un vagón.
Yo les recomendaría a esos pordioseros mexicanos que tienen un acordeón colgando con una armónica atornillada a la altura de la boca, un vaso monedero de un lado y un pandero del otro.
Para pedir, las clases están en mis tierras.
Yaotzin.
* Música en las calles
Reviewed by Yaotzin Botello
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5/12/2005 04:42:00 PM
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3 comments
Pero... son del Este? O del Sudeste? O turcos? O kurdos? O gitanos? ups, perdón, esta palabra no se puede usar en Alemania.
Por qué hablan en castellano? Piensan que así pueden "remover" más a la gente?
Te contaré que la semana pasada vino un alemán en bicicleta a mi casa (Bonn) a pedir plata.
Y yo creo que la situación va a empeorar cada día más si la economía no levanta.
En Rhenania sí se ve mucho mendigo alemán. Y no sólo los de la estación de tren, que más bien sufren de alguna adicción (drogas, alcohol, pobrecitos), sino gente que se quedó sin trabajo y sin techo. Los llamados Obdachlose = sin techo.
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