* Castro mató a Kennedy... y el periodismo del futuro.
El viernes 6 de enero ocurrió un gran fenómeno periodístico, la proyección del documental por televisión "Rendezvous mit dem Tod", Cita con la Muerte, del alemán Wilfried Huismann, con el que Huismann culmina tres años de investigación para afirmar que Fidel Castro fue quien ordenó matar a John F. Kennedy.
Bien, pues la muerte de Kennedy no tiene mayores consecuencias políticas ahora, al menos despertó mucho más interés en los medios, que son un gran termómetro para decirlo. Pero la investigación sí deja muchas cuestiones abiertas en términos periodísticos.
Huismann habla con ex agentes del servicio secreto cubano, unos viejitos a los que apenas se les entiende lo que dicen en pantalla. Sus declaraciones son reveladoras por la forma en que las hacen, pero ninguno muestra pruebas contundentes del involucramiento de Cuba en el asesinato de Kennedy. Sí, uno, un diario que escribió entonces y donde anotó que Oswald, el asesino, pasó a la embajada a entrevistarse con alguien. Si mi diario en internet después es utilizado como una prueba periodística para corroborar cuánto tiempo dejé de trabajar para mi periódico por escribir mis notillas sobre la transformación de Berlín en los albores del Siglo 21, iré con seguridad a la cárcel. Y vaya que no apunto mi situación fiscal, que si sí ya estaría precoupado de la gran memoria caché de la red mundial.
Una de las grandes preguntas que queda pendiente es por qué estos viejos ex agentes hablan hasta ahora y no antes. Son 40 años de diferencia y si ellos tenían algo que decir, lo habrían hecho en el momento que dejan el servicio secreto, hace ya 30 años.
Tampoco se muestran las facturas del supuesto pago que recibió Oswald de seis mil dólares por funcionarios de la embajadade Cuba en México.
Esta visión senil recuerda más bien los documentales sobre la Segunda Guerra Mundial, en donde siempre aparecen viejitos que protagonizan su parte de la verdad, una parte influenciada por cierto por el fugaz protagonismo de los hechos 60 años después, además de las deficiencias cerebrales que la misma vejez lleva consigo.
¿Quién dice que los ex agentes cubanos están diciendo la verdad?
Con esta tesis, ya especulada antes y por muchos factores interesante, y hasta cierto punto factible, Huismann sigue las huellas de Oswald en México, Cuba y Estados Unidos durante tres años. La producción, no sobra decirlo, cuesta más de 800 mil euros, una fortuna que tampoco esperó de otra coyuntura para la proyección del documental, transmitido sólo por la televisión alemana.
De alguna forma llegó a hacer tanto ruido que despierta el interés de los periodistas. Una información filtrada de la agencia de noticias alemana DPA hace parecer que la nueva teoría del asesinato de Kennedy es mucho más importante de lo que en realidad es. Ellos juegan conla información como los especuladores en la bolsa de valores, y se enteran de una proyección privada a periodistas que habrá dos días antes de la proyección pública para largar un boletín que llega a todo el mundo. En México fue noticia de portada de dos periódicos y en Alemania no sabíamos todavía nada. Los periodistas en Alemania que asistieron al documental trataron el tema un día antes de la proyección o el mismo día, quizás para escribirlo mejor, quizás porque no había prisa en publicarlo, lo cual se me hace razonable.
Pero mi periódico me mandó un mensaje el jueves por la tarde (de acá, la mañana de México): "ojalá nos hubieras mandado algo de este tema, eso nos interesaba mucho. Otros periódicos ya lo llevaron". Primero, aclaro, mi periódico no tiene suscripción a la DPA, como yo tampoco, así que se nos pasó. Segundo, la frase, por demás escrita en un precioso pluscuamperfecto del subjuntivo que indicaba de forma cortés que no debería de atreverme a proponer ya el tema y que la competencia ya me lo había ganado descaradamente. Tercero, estamos hablando del reporte de un hecho que no ha pasado, del verdadero hecho, la transmisión del documental y la opinión que pudicera generar en Alemania, no del anuncio de su transmisión ni de los pocos detalles que en él se tratarían.
Aunque la teoría estaba mal argumentada, era de sumo interés para América Latina. Un periódico, con agencia, reportero o lo que sea, debería de dedicado un espacio para discutir esta información. Al menos para presentarla. Mi periódico no lo hizo porque otros ya lo habían hecho. La gran cuestión es ¿cuál es el periodismo de ahora, el de la noticia competitiva, aquella que gana en tiempo, o el de reportar información con más profundidad, ergo calidad?
¿Qué quieren saber los lectores?
Y si el documental era bueno o malo, bien, pues podremos medirlo con el termómetro de los medios: poco ruido hizo después de su transmisión, pero los temas todavía se pueden debatir por más tiempo. La teoría de los disparos, así como la del asesino solitario. Las teorías del un mejor periodismo las dejamos para la gente que hace documentales, los que trabajan en una agencia y los periodistas libres que debemos reaccionar a la coacción de los dos primeros.
Yaotzin.
Bien, pues la muerte de Kennedy no tiene mayores consecuencias políticas ahora, al menos despertó mucho más interés en los medios, que son un gran termómetro para decirlo. Pero la investigación sí deja muchas cuestiones abiertas en términos periodísticos.
Huismann habla con ex agentes del servicio secreto cubano, unos viejitos a los que apenas se les entiende lo que dicen en pantalla. Sus declaraciones son reveladoras por la forma en que las hacen, pero ninguno muestra pruebas contundentes del involucramiento de Cuba en el asesinato de Kennedy. Sí, uno, un diario que escribió entonces y donde anotó que Oswald, el asesino, pasó a la embajada a entrevistarse con alguien. Si mi diario en internet después es utilizado como una prueba periodística para corroborar cuánto tiempo dejé de trabajar para mi periódico por escribir mis notillas sobre la transformación de Berlín en los albores del Siglo 21, iré con seguridad a la cárcel. Y vaya que no apunto mi situación fiscal, que si sí ya estaría precoupado de la gran memoria caché de la red mundial.
Una de las grandes preguntas que queda pendiente es por qué estos viejos ex agentes hablan hasta ahora y no antes. Son 40 años de diferencia y si ellos tenían algo que decir, lo habrían hecho en el momento que dejan el servicio secreto, hace ya 30 años.
Tampoco se muestran las facturas del supuesto pago que recibió Oswald de seis mil dólares por funcionarios de la embajadade Cuba en México.
Esta visión senil recuerda más bien los documentales sobre la Segunda Guerra Mundial, en donde siempre aparecen viejitos que protagonizan su parte de la verdad, una parte influenciada por cierto por el fugaz protagonismo de los hechos 60 años después, además de las deficiencias cerebrales que la misma vejez lleva consigo.
¿Quién dice que los ex agentes cubanos están diciendo la verdad?
Con esta tesis, ya especulada antes y por muchos factores interesante, y hasta cierto punto factible, Huismann sigue las huellas de Oswald en México, Cuba y Estados Unidos durante tres años. La producción, no sobra decirlo, cuesta más de 800 mil euros, una fortuna que tampoco esperó de otra coyuntura para la proyección del documental, transmitido sólo por la televisión alemana.
De alguna forma llegó a hacer tanto ruido que despierta el interés de los periodistas. Una información filtrada de la agencia de noticias alemana DPA hace parecer que la nueva teoría del asesinato de Kennedy es mucho más importante de lo que en realidad es. Ellos juegan conla información como los especuladores en la bolsa de valores, y se enteran de una proyección privada a periodistas que habrá dos días antes de la proyección pública para largar un boletín que llega a todo el mundo. En México fue noticia de portada de dos periódicos y en Alemania no sabíamos todavía nada. Los periodistas en Alemania que asistieron al documental trataron el tema un día antes de la proyección o el mismo día, quizás para escribirlo mejor, quizás porque no había prisa en publicarlo, lo cual se me hace razonable.
Pero mi periódico me mandó un mensaje el jueves por la tarde (de acá, la mañana de México): "ojalá nos hubieras mandado algo de este tema, eso nos interesaba mucho. Otros periódicos ya lo llevaron". Primero, aclaro, mi periódico no tiene suscripción a la DPA, como yo tampoco, así que se nos pasó. Segundo, la frase, por demás escrita en un precioso pluscuamperfecto del subjuntivo que indicaba de forma cortés que no debería de atreverme a proponer ya el tema y que la competencia ya me lo había ganado descaradamente. Tercero, estamos hablando del reporte de un hecho que no ha pasado, del verdadero hecho, la transmisión del documental y la opinión que pudicera generar en Alemania, no del anuncio de su transmisión ni de los pocos detalles que en él se tratarían.
Aunque la teoría estaba mal argumentada, era de sumo interés para América Latina. Un periódico, con agencia, reportero o lo que sea, debería de dedicado un espacio para discutir esta información. Al menos para presentarla. Mi periódico no lo hizo porque otros ya lo habían hecho. La gran cuestión es ¿cuál es el periodismo de ahora, el de la noticia competitiva, aquella que gana en tiempo, o el de reportar información con más profundidad, ergo calidad?
¿Qué quieren saber los lectores?
Y si el documental era bueno o malo, bien, pues podremos medirlo con el termómetro de los medios: poco ruido hizo después de su transmisión, pero los temas todavía se pueden debatir por más tiempo. La teoría de los disparos, así como la del asesino solitario. Las teorías del un mejor periodismo las dejamos para la gente que hace documentales, los que trabajan en una agencia y los periodistas libres que debemos reaccionar a la coacción de los dos primeros.
Yaotzin.
* Castro mató a Kennedy... y el periodismo del futuro.
Reviewed by Yaotzin Botello
on
1/09/2006 11:38:00 AM
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2 comments
Así me siento yo a veces también. Es terrible lo que hacen a veces los editores de los periódicos con uno, periodista libre, que a veces necesita tiempo para madurar ideas, reflexionar y producir algo de fondo. A mi me pasó algo similar. Hubo grilla y le dieron el encargo a otro. Igual me decidí a entrevistar a Huismann aunque la entrevista la publicaron después de que el tema ya hervía.
Ánimos, los temas son infinitos. Saludos de una colega mexicana,
Eva
Bueno es un poco pretensioso querer encontrar pruebas donde no te las van a dar. Digamoslo de esta forma, no hay pruebas porque obviamente es lo último que esperan que obtengas.
Es claro que si fuera fácil mostrar las pruebas ya se hubiera hecho desde hace mucho tiempo.
Lo que si es un hecho es que Castro sigue vivo y al parecer morirá tranquilo en su mansión del Punto Cero mientras que Kennedy murió baleado.
Lo que si es un hecho ya confirmado es que desde el Bogotazo hasta el fin de la Revolución Cubana Fidel Castro trabajó para la CIA y esta lo apoyo a través de agentes destacados en Cuba como Richard Salvatierra, Ross Crozier y Barry Seal.
Lo que si es un hecho es que el embajador estadounidense en Cuba en aquel entonces -Earl T. Smith- acuso publicamente a traves de su libro -Cuarto Piso- al gobierno de Estados Unidos y, en especial, al State Department de apoyar la victoria de Fidel Castro.
Lo que es un hecho es que ningun agente de la CIA ha podido responder ¿Por qué cuando cayó el comunismo en el 89 no se invadio Cuba? ¿Por qué cuando Castro estaba más débil, sin la ayuda del bolchevismo, no se le puso fin a su reinado del Terror? ¿Qué le impide a EU acabar de una vez por todas con el comunismo?
Tal vez, en una pequeña parte, este documental podría ser el inicio de la solución a todas estas preguntas.
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