* Pensando desde la tina: el fut (América ---> Hertha vs. Stuttgart) y, claro, las elecciones.
Desde hace mucho tiempo estoy sin equipo de futbol.
Cuando vivía en México era un gran fan del América, un poco más por cuestiones sociológicas que por fanatismo puro. Cada vez que un compatriota mexicano me preguntaba si le iba al América, me fascinaba decir que sí para ver la reacción de esta persona. Hombre o mujer, fanático o no del futbol. Las reacciones tienen una lista infinita, imposible de documentar pero, eso sí, todas orientadas al odio, al desprecio, a la degradación, al clasismo. El espectro podría resumirse así: desde los ojos que se tuercen para dejar de tener contacto conmigo por mi entusiasta "sí, sí le voy", hasta las interminables discusiones por ser un equipo del imperio televisivo Televisa y su inolvidable caso de compra de árbitros de hace décadas.
Miro al techo de mi baño y no termino por comprender por qué a los mexicanos nos gusta crear estigmas de esa índole. Quizás porque crecimos en una cultura católica, o fanáticamente católica sin ser realmente practicantes. Y así como las cruzadas o las quemas de brujas, nos gusta ver quién es hereje para desacreditarlo. Así hacen los políticos ahora. Bajo la cabeza y me sumerjo. Estoy en la tina de mi baño. Hago burbujas. Decidí que tomar un baño para refrescarme no era suficiente. Para quitarme estos 35 grados de temperatura fue necesario llenar mi tina con agua fría y, además, echarle unos hielos. Sí, tomé los últimos cubitos de mi congelador y los eché al agua. Ahhh, qué rico, cuando salga tardaré más en sentir el cuerpo como un carbón.
Mi lucha contra la sociedad antiamericanista se acabó hace unos meses. Marzo, para ser exactos. Estaba yo en México y quedé molesto por la forma en que Televisa manipuló al gobierno para aprobar la Ley de Radio y Televisión que le beneficiaría. El asunto fue mayor, al grado que los medios y la gente terminó por denominar a esa nueva ley la "Ley Televisa". Pero eso no fue todo, en mi decisión también influyó que Televisa trató de salvar ilegalmente a uno de sus equipos de futbol para que no descendiera la segunda división. El rumor nunca fue comprobado, pero indicaba que ordenó a sus equipos Necaxa y América perder contra su tercer equipo, el San Luis, para que éste pudiera sumar puntos y quedarse en la primera liga.
Eso es una patada entre las dos ingles. Antideportivismo. Es ver que la realidad del país, de mi país, está siendo controlada en todas las áreas y por un consorcio de telecomunicación, un consorcio que con mostrar futbol, telenovelas y con hacer un circo de la política mantiene entretenido al pueblo. Lo demás no importa. Así lo hacían los viejos emperadores romanos, pan y circo.
Así que dejé de irle al América y me quedé sin equipo. Después descubrí que mi corazón sí estaba atrapado en ese sentimiento fanático. Traté de irle a otro equipo y en mi estancia de unas semanas en México nunca lo logré. Regresé de mis vacaciones a Berlín y seguí intentando con el Hertha, el equipo de la primera liga de acá, pero tampoco funcionó. No hay estrellas, no hay buen futbol, no hay gran técnica. Si acaso en el Hertha destaca ahora Marko Pantelic, el croata que empezó deshaciendo a Brasil en el Mundial de futbol. El otro estrella es un brasileño de tercera que se cree Pelé, Marcelinho, que da muy pocos pases para gol, que no hace goles y que llega siempre tarde a los entrenamientos.
Ahora que estoy en la tina, con la cabeza literalmente fría, pienso en que podría retomar una de mis funciones como hombre y escoger ya de una vez un equipo. Y qué mejor que aprovechar que el Stuttgart fue el primer equipo que se atrevió a traer a mexicanos a la Bundesliga alemana, Ricardo Osorio y Pavel Pardo. Me queda un poco lejos la ciudad, pero por tele intentaré seguir a la aburrida liga alemana. Osorio y Pardo lo dicen incluso en una entrevista con el Welt am Sonntag este domingo (en alemán): "para mí el futbol (alemán) no es tan fuerte como en Inglaterra. Es táctico, no rígido como en Italia. Quizás no tiene tan buena técnica como en España. En México sólo estamos enterados de quién hace goles..."
Pienso que compraré mis playeras del Stuttgart para usarlas en la temporada venidera, pero ¿80 euros por la de Pardo? ¿77 por la de Osorio? no sé, me lo pienso todavía.
Y, antes de abandonar la tina, aprovechando que tengo la cabeza fría y que la conexión "sin cables" o wireless no se ha estropeado, y trato de contestar a un comentario que me hicieron sobre la política de México en uno de los anteriores textos: "es conservador creer que el que tiene una opinión diferente a la tuya es un enemigo". Esta frase como muchas otras palabras o ideas de ese comentario no las entiendo muy bien y me gustaría que fueran profundizados para poder discutirlo mejor. No me siento conservador ni veo como enemigo a alguien que tenga una opinión diferente, al contrario, me encantaría aprender de lo que dice la demás gente. Me encantaría saber por qué México votó por el partido conservador. Creo que, al menos en la frase que pegué, se mezclan algunas ideas cuya relación no puedo comprender bien. Ojalá podamos discutrlo más por medio de entradas en cada uno de los blogs, por correo electrónico o por medio de más comentarios.
Por el momento ando sin equipo.
Yaotzin.
Cuando vivía en México era un gran fan del América, un poco más por cuestiones sociológicas que por fanatismo puro. Cada vez que un compatriota mexicano me preguntaba si le iba al América, me fascinaba decir que sí para ver la reacción de esta persona. Hombre o mujer, fanático o no del futbol. Las reacciones tienen una lista infinita, imposible de documentar pero, eso sí, todas orientadas al odio, al desprecio, a la degradación, al clasismo. El espectro podría resumirse así: desde los ojos que se tuercen para dejar de tener contacto conmigo por mi entusiasta "sí, sí le voy", hasta las interminables discusiones por ser un equipo del imperio televisivo Televisa y su inolvidable caso de compra de árbitros de hace décadas.
Miro al techo de mi baño y no termino por comprender por qué a los mexicanos nos gusta crear estigmas de esa índole. Quizás porque crecimos en una cultura católica, o fanáticamente católica sin ser realmente practicantes. Y así como las cruzadas o las quemas de brujas, nos gusta ver quién es hereje para desacreditarlo. Así hacen los políticos ahora. Bajo la cabeza y me sumerjo. Estoy en la tina de mi baño. Hago burbujas. Decidí que tomar un baño para refrescarme no era suficiente. Para quitarme estos 35 grados de temperatura fue necesario llenar mi tina con agua fría y, además, echarle unos hielos. Sí, tomé los últimos cubitos de mi congelador y los eché al agua. Ahhh, qué rico, cuando salga tardaré más en sentir el cuerpo como un carbón.
Mi lucha contra la sociedad antiamericanista se acabó hace unos meses. Marzo, para ser exactos. Estaba yo en México y quedé molesto por la forma en que Televisa manipuló al gobierno para aprobar la Ley de Radio y Televisión que le beneficiaría. El asunto fue mayor, al grado que los medios y la gente terminó por denominar a esa nueva ley la "Ley Televisa". Pero eso no fue todo, en mi decisión también influyó que Televisa trató de salvar ilegalmente a uno de sus equipos de futbol para que no descendiera la segunda división. El rumor nunca fue comprobado, pero indicaba que ordenó a sus equipos Necaxa y América perder contra su tercer equipo, el San Luis, para que éste pudiera sumar puntos y quedarse en la primera liga.
Eso es una patada entre las dos ingles. Antideportivismo. Es ver que la realidad del país, de mi país, está siendo controlada en todas las áreas y por un consorcio de telecomunicación, un consorcio que con mostrar futbol, telenovelas y con hacer un circo de la política mantiene entretenido al pueblo. Lo demás no importa. Así lo hacían los viejos emperadores romanos, pan y circo.
Así que dejé de irle al América y me quedé sin equipo. Después descubrí que mi corazón sí estaba atrapado en ese sentimiento fanático. Traté de irle a otro equipo y en mi estancia de unas semanas en México nunca lo logré. Regresé de mis vacaciones a Berlín y seguí intentando con el Hertha, el equipo de la primera liga de acá, pero tampoco funcionó. No hay estrellas, no hay buen futbol, no hay gran técnica. Si acaso en el Hertha destaca ahora Marko Pantelic, el croata que empezó deshaciendo a Brasil en el Mundial de futbol. El otro estrella es un brasileño de tercera que se cree Pelé, Marcelinho, que da muy pocos pases para gol, que no hace goles y que llega siempre tarde a los entrenamientos.
Ahora que estoy en la tina, con la cabeza literalmente fría, pienso en que podría retomar una de mis funciones como hombre y escoger ya de una vez un equipo. Y qué mejor que aprovechar que el Stuttgart fue el primer equipo que se atrevió a traer a mexicanos a la Bundesliga alemana, Ricardo Osorio y Pavel Pardo. Me queda un poco lejos la ciudad, pero por tele intentaré seguir a la aburrida liga alemana. Osorio y Pardo lo dicen incluso en una entrevista con el Welt am Sonntag este domingo (en alemán): "para mí el futbol (alemán) no es tan fuerte como en Inglaterra. Es táctico, no rígido como en Italia. Quizás no tiene tan buena técnica como en España. En México sólo estamos enterados de quién hace goles..."
Pienso que compraré mis playeras del Stuttgart para usarlas en la temporada venidera, pero ¿80 euros por la de Pardo? ¿77 por la de Osorio? no sé, me lo pienso todavía.
Y, antes de abandonar la tina, aprovechando que tengo la cabeza fría y que la conexión "sin cables" o wireless no se ha estropeado, y trato de contestar a un comentario que me hicieron sobre la política de México en uno de los anteriores textos: "es conservador creer que el que tiene una opinión diferente a la tuya es un enemigo". Esta frase como muchas otras palabras o ideas de ese comentario no las entiendo muy bien y me gustaría que fueran profundizados para poder discutirlo mejor. No me siento conservador ni veo como enemigo a alguien que tenga una opinión diferente, al contrario, me encantaría aprender de lo que dice la demás gente. Me encantaría saber por qué México votó por el partido conservador. Creo que, al menos en la frase que pegué, se mezclan algunas ideas cuya relación no puedo comprender bien. Ojalá podamos discutrlo más por medio de entradas en cada uno de los blogs, por correo electrónico o por medio de más comentarios.
Por el momento ando sin equipo.
Yaotzin.
* Pensando desde la tina: el fut (América ---> Hertha vs. Stuttgart) y, claro, las elecciones.
Reviewed by Yaotzin Botello
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7/30/2006 11:40:00 AM
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2 comments
No lo decía por tí, lo digo por AMLO, que, como podrás ver, sataniza a todo aquel que se atreve a disentir. Mi argumento es que el PRD está actuando como partido conservador, más que el PAN, que no afilia corporativamente y que ha instaurado el IFAI, por ejemplo. Hoy al rayito de esperanza se les ocurrió tomar la calle de Reforma porque sí. Aunque es un delito, ya las autoridades capitalinas dijeron que no van a desalojar. Ya te imaginarás el CAOS que esto ocasionó... Esta no es una lucha por la democracia, me perdonan... Justo por miedo a estos arrebatos, a la dictadura de la voluntad sin pruebas, es que México no votó masivamente por esta forma de gobernar.
I do not pretend to understand the complexities of Mexican politics or futbol. As it stands there is plenty of information, but most with an agenda. Frankly, I wish there were more "dummy's guides" to both Mexican politics and sports, but in the meantime, it's great to be able to read such multi-dimensional essays such as Yacine's. It's some of the best writing on the Web.
Gooooooool!
http://www.flickr.com/photos/planeta/191277786
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