Werther y los suicidios alemanes
Por
lo regular, la prensa trata de describir un hecho con el mayor número de
detalles posible. Pero hay casos en los que los periódicos prefieren abstenerse
de cumplir con la reglas: cuando se trata de un suicidio.
Eso
ocurre, por ejemplo, en Alemania, donde el pasado 19 de noviembre un árbitro de
futbol intentó quitarse la vida. Ese día varios equipos de la Bundesliga ya
habían comenzado a jugar partidos. Pero el encuentro entre el FC Köln contra el
FSV Mainz 05 fue cancelado porque el árbitro no llegó.
Pronto
se supo que el iraní-alemán Barak Rafati fue encontrado en estado de gravedad y
llevado de urgencia a un hospital. Había intentado suicidarse.
Durante
horas y un par de días no se conoció más que "el intento de
suicidio". La noticia no apareció en las portadas de los diarios (tampoco
en línea), y en los días siguientes casi no hubo mención del asunto.
En
Alemania y otros países se ha descubierto que los reportes mediáticos de
suicidios, sobre todo de personalidades, desencadenan una ola de réplicas, por
lo que los medios prefieren no cubrirlos.
"El
efecto está bien documentado desde 1974", explica el sicólogo de medios
Benedikt Till, "nuestra recomendación mediática (del Centro de Salud
Pública de la Universidad de Viena, donde trabaja Till) fue extraída de la pura
investigación. Cada vez que se reportaba de una manera espectacular un suicidio
también aumentó la tasa de incidencia de los mismos. Y no se trata sólo de
personas que en el transcurso del año habían intentado matarse, sino de
suicidios extras".
Austria
tiene un código de ética similar. Nueva Zelandia también, aunque ahí se intentó
hacerlo obligatorio y no funcionó.
Con
todo, hay medios que no se contuvieron y lograron encontrar la información
necesaria para documentar cómo había intentado matarse el árbitro de la
Bundesliga. Esto reavivó el debate de lo que se debe hacer con este tipo de
reportes.
En
noviembre de 2009 el portero alemán Robert Enke se suicidó y los reportes de
cómo pasó desataron muchos suicidios más. Durante ese año se registraron 1.3 por
ciento más suicidios que en 2009. Mientras que, en 2010, un año después de la
muerte del portero, la tasa aumentó 15.5 por ciento más en comparación con
2009.
"No
se tienen que mostrar fotos del lugar del suicidio. De preferencia no se debe
de publicar el nombre del suicida, su foto ni su carta de despedida, en caso de
haberla. La persona no debe ser venerada y el hecho no tiene que ser
romantizado, algo que ocurre muy fácilmente cuando se escogen frases como
'escogió una muerte particular', o 'ahora estará para siempre unido
con…'", comenta el experto. Los familiares tampoco deberían de ser
entrevistados.
Las
consecuencias del suicidio de una personalidad se conocen como "Efecto
Werther", y tiene que ver directamente con el libro de Goethe "Las
desventuras del joven Werther", publicado en 1774.
Muchos
jóvenes murieron entonces y se dijo que era a causa de una epidemia. Después se
descubrió que había una relación directa con el libro: la gente que se suicidó
traía el libro de Goethe bajo el brazo o, incluso, se había vestido como el
personaje Werther: botas, pantalón amarillo a las rodillas y un frac azul.
Werther y los suicidios alemanes
Reviewed by Yaotzin Botello
on
11/28/2011 01:53:00 PM
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1 comment
Muy buen post
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