* La muerte ronda la casa
En México existe la tradición del día de muertos, como en muchos países. Sólo que la mexicana podría quedar en cualquier momento transformada en una mezcla con el Halloween, que ocurre el 31 de octubre, un día antes de la celebración en México.
Los escenarios típicos en México para observar el día de muertos, Michoacán y Mixquic, ya han sido invadidos por hordas de turistas. Ahora ya no es lo mismo. Los indígenas o las familias tienen que posar ante gigantescas cámaras de televisión mientras depositan su ofrenda en la tumba de sus muertos. Ellos no pueden decir que no porque cualquier gesto de fama o propina les otorga una mínima esperanza de vida.
Cualquier esfuerzo por mantener la tradición viva es no sólo una señal de que se mantiene una tradición en las venas, sino una pequeña colaboración para que esta tradición nunca se desvíe y se mantenga viva a lo largo de los años y de los kilómetros. Ahora transcribo una "calavera" que me hizo un amigo mexicano de Alemania, Luis, querido compatriota con quien he tratado de entender, de una forma divertida e inteligente, el entorno alemán que nos rodea.
Las calaveras son versos que componen, de una forma prácticamente artesanal, la relación entre un ser querido y la muerte. Es una forma de burla ante ese ente extraño al que algunos le tienen miedo, otros lo desafían y otros son sorprendidos por él sin que jamás hubieran tenido una mínima idea de qué fue.
Andaba ya casi sin aliento,
Yaotzin, el viajero periodista,
un buen día dio alojamiento
a una mujer que lo conquista.
Él sin problemas se enamora,
sin hacerle al arlequín.
Wiebke es la conquistadora,
que lo trajo hasta Berlin.
Los dos talentosos reporteros,
quieren a la parca entrevistar,
se disfrazan de meseros,
y le llevan de cenar.
Satisfecha declara en la sobremesa,
¡paren las prensas en este instante!
porque el mexicano y la berlinesa
emprenderán El Viaje Culminante.
Y abajo una foto de nuestra pequeña ofrenda en la casa de la Pfuelstraße:
Los escenarios típicos en México para observar el día de muertos, Michoacán y Mixquic, ya han sido invadidos por hordas de turistas. Ahora ya no es lo mismo. Los indígenas o las familias tienen que posar ante gigantescas cámaras de televisión mientras depositan su ofrenda en la tumba de sus muertos. Ellos no pueden decir que no porque cualquier gesto de fama o propina les otorga una mínima esperanza de vida.
Cualquier esfuerzo por mantener la tradición viva es no sólo una señal de que se mantiene una tradición en las venas, sino una pequeña colaboración para que esta tradición nunca se desvíe y se mantenga viva a lo largo de los años y de los kilómetros. Ahora transcribo una "calavera" que me hizo un amigo mexicano de Alemania, Luis, querido compatriota con quien he tratado de entender, de una forma divertida e inteligente, el entorno alemán que nos rodea.
Las calaveras son versos que componen, de una forma prácticamente artesanal, la relación entre un ser querido y la muerte. Es una forma de burla ante ese ente extraño al que algunos le tienen miedo, otros lo desafían y otros son sorprendidos por él sin que jamás hubieran tenido una mínima idea de qué fue.
Andaba ya casi sin aliento,
Yaotzin, el viajero periodista,
un buen día dio alojamiento
a una mujer que lo conquista.
Él sin problemas se enamora,
sin hacerle al arlequín.
Wiebke es la conquistadora,
que lo trajo hasta Berlin.
Los dos talentosos reporteros,
quieren a la parca entrevistar,
se disfrazan de meseros,
y le llevan de cenar.
Satisfecha declara en la sobremesa,
¡paren las prensas en este instante!
porque el mexicano y la berlinesa
emprenderán El Viaje Culminante.
Y abajo una foto de nuestra pequeña ofrenda en la casa de la Pfuelstraße:
* La muerte ronda la casa
Reviewed by Yaotzin Botello
on
11/04/2005 01:24:00 PM
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1 comment
Beautiful altar!
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