Las ferias como un atractivo cultural
Ya desde Berlín pero todavía sobre la Feria del Libro de Francfort.
El último día que estuve en Francfurt fue el sábado. La Feria del Libro se inundó de estudiantes y familias. Y no llegaron porque no tenían nada que hacer, al contrario, fueron impulsados por el mágico interés de la literatura.
Yo no recuerdo que, como niño, mis padres me hayan llevado a una feria así. Vaya, por un lado, puede ser porque en México, cuando yo era niño, no había esas ferias. Las únicas ferías que yo conocí fueron las de los tíovivos y ruedas de la fortuna. Pero llego aquí a Alemania y veo que estos eventos llevan más de 20 años de ser realizados. Bueno, no voy más lejos, la feria de los camiones que mencioné aquí en algún momento, ya va en su edición 55. Y hasta la gente de la RDA tuvo su feria internacional en Leipzig, por eso es una de las ciudades del Este alemán más "integradas" al mundo capitalista de ahora. Perdón por esta simplificación, pero ahora no tengo tiempo de hablar más sobre esto. Es un tema interesante y algún día lo tocaré de nuevo.
En resumen, si yo como chamaco (documento PDF sobre el término) hubiera leído El Tambor de Hojalata, me habría gustado mucho que mis padres me llevaran a la Feria del Libro de Francfort no sólo para tomar muy buenas ofertas de compra de libros, hasta 50 por ciento más baratos (¡y de todos los países, sin tener que pagar precios de importación!), sino para ver a Günter Grass, en el caso del libro que puse como ejemplo, o a otros autores haciendo lecturas o interactuando con el público.
Por cierto, recomiendo mucho un libro que, aunque no descubrí en la Feria, sí me reencontré ahí con él y con su editora, una mujer que tiene tanta pasión por Berlín como yo y muchos otros lectores de este blog: Crónicas Berlinesas, de Joseph Roth.
Yaotzin.
El último día que estuve en Francfurt fue el sábado. La Feria del Libro se inundó de estudiantes y familias. Y no llegaron porque no tenían nada que hacer, al contrario, fueron impulsados por el mágico interés de la literatura.
Yo no recuerdo que, como niño, mis padres me hayan llevado a una feria así. Vaya, por un lado, puede ser porque en México, cuando yo era niño, no había esas ferias. Las únicas ferías que yo conocí fueron las de los tíovivos y ruedas de la fortuna. Pero llego aquí a Alemania y veo que estos eventos llevan más de 20 años de ser realizados. Bueno, no voy más lejos, la feria de los camiones que mencioné aquí en algún momento, ya va en su edición 55. Y hasta la gente de la RDA tuvo su feria internacional en Leipzig, por eso es una de las ciudades del Este alemán más "integradas" al mundo capitalista de ahora. Perdón por esta simplificación, pero ahora no tengo tiempo de hablar más sobre esto. Es un tema interesante y algún día lo tocaré de nuevo.
En resumen, si yo como chamaco (documento PDF sobre el término) hubiera leído El Tambor de Hojalata, me habría gustado mucho que mis padres me llevaran a la Feria del Libro de Francfort no sólo para tomar muy buenas ofertas de compra de libros, hasta 50 por ciento más baratos (¡y de todos los países, sin tener que pagar precios de importación!), sino para ver a Günter Grass, en el caso del libro que puse como ejemplo, o a otros autores haciendo lecturas o interactuando con el público.
Por cierto, recomiendo mucho un libro que, aunque no descubrí en la Feria, sí me reencontré ahí con él y con su editora, una mujer que tiene tanta pasión por Berlín como yo y muchos otros lectores de este blog: Crónicas Berlinesas, de Joseph Roth.
Yaotzin.
Las ferias como un atractivo cultural
Reviewed by Yaotzin Botello
on
10/09/2006 10:58:00 AM
Rating:
No comments
Post a Comment