* El castigo divino
Hoy, en un día de verano, utilicé por primera vez mi abrigo de invierno.
Sí, el verano ha sido tan malo y corto que la gente ya no sale en playeritas, minifalditas y huaraches, sino abrigos, rompevientos, gorros y paraguas. Bueno, la otra vez, como una excepción, vi a una alemana con sandalias y una bufanda. Fue el colmo pero quizás era la nueva moda de ropa que ni Hugo Boss ni nadie ha podido diseñar para climas tan imprevisibles como los de esta parte continental de Europa.
¿Qué hicimos, bueno, no, qué hicieron los alemanes y demás países de la periferia para tener, primero, solo unos cuantos meses de verano y luego para que este verano del 2005 fuera tan espantoso?
Estúpido, sí, nadie puede hacer nada contra eso. El continente y el clima no están determinados por la condición humana, pero mi reflexión, en estos días católicos (viene el encuentro con el Papa en Alemania la próxima semana) es más del lado del castigo divino.
Alemania tiene las mismas características de un país latinoamericano, menos el clima. Se ha demostrado recientemente que es un país tan corrupto como cualquiera de América Latina. Los políticos prometen y no cumplen. En el parlamento hay shows de circo como en la Cámara de Diputados de México. Se habla de una culpa por crímenes a la humanidad como en Chile se castiga el recuerdo de Pinochet. Los sectores médicos y laborales se van a la huelga como en Ecuador o Bolivia. Hay ataques a extranjeros como en Colombia o algún otro país. La izquierda extrema gana poder como en México, Uruguay, Bolivia y Venezuela, por poner ejemplos. Pero el clima permanece el mismo.
¿Qué hacer?
Resignación. Jugar basquetbol en una cancha lluviosa, tomar un café y leer el periódico en contra del viento. Caminar y observar a la gente.
Yaotzin.
Sí, el verano ha sido tan malo y corto que la gente ya no sale en playeritas, minifalditas y huaraches, sino abrigos, rompevientos, gorros y paraguas. Bueno, la otra vez, como una excepción, vi a una alemana con sandalias y una bufanda. Fue el colmo pero quizás era la nueva moda de ropa que ni Hugo Boss ni nadie ha podido diseñar para climas tan imprevisibles como los de esta parte continental de Europa.
¿Qué hicimos, bueno, no, qué hicieron los alemanes y demás países de la periferia para tener, primero, solo unos cuantos meses de verano y luego para que este verano del 2005 fuera tan espantoso?
Estúpido, sí, nadie puede hacer nada contra eso. El continente y el clima no están determinados por la condición humana, pero mi reflexión, en estos días católicos (viene el encuentro con el Papa en Alemania la próxima semana) es más del lado del castigo divino.
Alemania tiene las mismas características de un país latinoamericano, menos el clima. Se ha demostrado recientemente que es un país tan corrupto como cualquiera de América Latina. Los políticos prometen y no cumplen. En el parlamento hay shows de circo como en la Cámara de Diputados de México. Se habla de una culpa por crímenes a la humanidad como en Chile se castiga el recuerdo de Pinochet. Los sectores médicos y laborales se van a la huelga como en Ecuador o Bolivia. Hay ataques a extranjeros como en Colombia o algún otro país. La izquierda extrema gana poder como en México, Uruguay, Bolivia y Venezuela, por poner ejemplos. Pero el clima permanece el mismo.
¿Qué hacer?
Resignación. Jugar basquetbol en una cancha lluviosa, tomar un café y leer el periódico en contra del viento. Caminar y observar a la gente.
Yaotzin.
* El castigo divino
Reviewed by Yaotzin Botello
on
8/11/2005 02:49:00 PM
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1 comment
Muy buena tu descripción de Alemania! En lo de la corrupción, has acertado 100%.
Ya que estás en Berlín, por qué no tomas contacto -como periodista- con Transparency international? Me encanta lo que hacen. Entrevistar a Peter Eigen, por ejm., que es su fundador y que se acaba de retirar. No sería una buena idea?
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