* Identificación oficial por favor, o-fi-cial De la seguridad o la pérdida de la confianza

De cara a las decenas de atentados, al reciente anuncio de un islamista arrestado que tenía marcados en rojo en su mapa Bonn y Fáncfort (no seguramente para hacer compras), y con la venida del Papa y el Mundial de futbol, Alemania está en un estado de alerta.

Y estado de alerta o no, le seguridad aquí tiene que ver más con un código no escrito de reglas, como ésa en la que si uno está invitado a una fiesta tiene que llevar la invitación en papel; si hay que recoger un paquete hay que mostrar una identificación o si hay que registrarse en un evento como periodista hay que llenar un formulario previo con no sé cuántos meses de anticipación.

Patrañas.

Las reglas se pueden romper, yo las he roto, y sólo es cuestión de confianza. Así que yo diría que Alemania está perdiendo poco a poco la confianza. Ese es el tema. Hace unos tres años recuerdo que al ir a la tienda de discos más grande de la ciudad, Dussmann, veía los CD sin un celofán que los cubriera y cualquiera que lo tomara podía ver el disco y, en todo caso, tomarlo. Hoy en día las cajas ya tienen celofanes y hasta cajas de plástico de seguridad. Así es el mundo y, aclaro, yo nunca tomé ninguno de esos discos, si es que alguien llegó a ver una caja vacía.

Pero, bueno, estábamos con la confianza. En Alemania uno puede, o podía hacer lo que fuera. Dejar la bicicleta afuera sin cadena, dejar algunas cosas en la mesa, dejar sin llave las puertas de los edificios, vaya, algo normal, no exagerado, todo por un momento, pero es ese precismo momentito el que en México ya ni existe; es ese preciso momentito el que hace la diferencia. Aquí el 'lost & found' sigue siendo una institución que sirve.

Pero llegan los problemas internacionales y las instituciones internacionales y todo debe de tener carácter de oficial, de inquebrantable, de cuadrado. Con un par de aventuras he conocido, entendido, asimilado y aprendido a utilizar el significado de la palabra "spießig", léase shpisig para entender más o menos cómo se pronuncia. Literalmente, la palabra refiere a alguien que es cuadrado o poco flexible. Muchos dirían que es uno de esos conceptos en los que se encuadra a todos los alemanes, pero la verdad es que no me aventuraré a clasificarlos a todos dentro de este género porque también he conocido excepciones.

Hace unas semanas tuve que ir a recoger un paquete que me llegó al correo. El día era bonito y la semana prometedora. Ergo, toda la gente era alegre para mí. Hice mi larga, perdón, mi siempre larguísima fila para el correo (que funciona como banco, como tienda y como escritorios de envoltorio de regalos). llegué con la cajera y con la sonrisa en la cara le dije que tengo un paquete esperándome. Le enseñé el mensaje que me dejó la empresa en mi buzón y un comprobante de mi identificación oficial. Ya, claro, eso lo tengo que explicar. Mi única identificación oficial, oficial, oficial aquí en Alemania es mi pasaporte, pero justo esa semana me lo pidió la Oficina de Prensa para resellar mi visa y quedarme un año más. Y justo esa semana me llegó el mentado paquete de mi periódico preferido. El pasaporte me lo regresaban hasta un día después de que mi paquete podía estar en el correo, después éste se iría de vuelta a su lugar de origen por no haber sido reclamado.

Bien, pues yo mostré un comprobante que ya me había dado la Oficina de Prensa para casos como éste y, además, mostré un juego de naipes con todas las credenciales con foto que pude conseguir. La oficial de México, la de prensa que me dio la misma Oficina de Prensa, la de prensa de una asociación de acá, otra de prensa de otra asociación (para las que tuve que haber mostrado mi pasaporte para tramitarlas), mi tarjeta de descuento con foto de los Ferrocarriles de Alemania y hasta mi tarjeta de crédito. No podía haber pierde, tenía que ser yo. Bueno, además, ¿cómo chingaos pude haberme hecho yo de un mensaje de Correos que me decía que tengo un paquete esperándome? ¡Hasta llevaba la llave de mi buzón de la casa!

La mujer de la ventanilla sólo me miró y me dijo, con toda la paciencia del mundo: a ver, la hoja comprobante de la Oficina de Prensa mmmmmm, no va, no está certificada; las tres de prensa no son oficiales, la oficial de México tiene la firma por detrás y cosas que no se entienden, y la de los trenes mmmmmm, pus no. A ver, aquí en la pantalla de mi computadora dice que usted me debe de presentar un pasaporte y aquí no veo uno, mmmmmm, una identificación de militar, una de diputado, una de funcionario de algún ministerio, bla, bla, bla.

¿Por qué no se han facilitado las cosas para los periodistas?

Me di la media vuelta y me fui. No era yo y no quería dejar de ser yo con un grito que pude haber dado.

Tengo más ejemplos, pero con uno es más que suficiente por el momento. La gente que me ha dejado entrar a sus fiestas sin invitación, a las conferencias de prensa sin enlistarme o que me ha dado acreditaciones sin pasaportes ni cartas, ¡viva!

Yaotzin.

Así que
* Identificación oficial por favor, o-fi-cial De la seguridad o la pérdida de la confianza * Identificación oficial por favor, o-fi-cial De la seguridad o la pérdida de la confianza Reviewed by Yaotzin Botello on 8/08/2005 05:07:00 PM Rating: 5

3 comments

Roberto Iza Valdés said...
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